MEDICINA PERSONALIZADA

    Los innumerables medicamentos fallidos, y las recientes acusaciones de fraude en la investigación del Alzheimer, sugieren que necesitamos un nuevo comienzo, una nueva visión para abordar la enfermedad con éxito. 
    Aquellos que me conocen, saben que soy una acerrima defensora de nuevos enfoques donde se evalúan las más de 150 potenciales causas que contribuyen a que surjan las temibles consecuencias de la enfermedad para determinar qué está impulsando el declive cognitivo en cada individuo. 
    Son protocolos de medicina de precisión, en los que se actúa identificando y tratando los factores, y que además acaban de producir resultados clínicos sin precedentes para tratar la demencia en las primeras etapas. 
  Estamos ante un cambio de paradigma en la forma en que evaluamos, prevenimos y tratamos las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el parkinson, la enfermedad de cuerpos de Lewy, la degeneración macular y la ELA (enfermedad de Lou Gehrig), pero parece que no nos damos cuenta.

Recordemos que en el momento en que nos encontramos, no ha habido ningún tratamiento o medicamento que haya mostrado alguna promesa de cura o reversión de la enfermedad de Alzheimer o las mencionadas anteriormente, y son afecciones que afectan a millones de personas en todo el mundo.

Todos conocemos el "medicamento milagro" del que hablé en la entrada DINERO Y CIENCIA que se ha promocionado en los últimos años, y con el que hemos visto que lo mejor que ha podido aportar es la reversión temporal del deterioro cognitivo en algunos pacientes, a costa de llevarse por delante a muchos otros, debido a las trombosis cerebrales que provoca. Otros medicamentos están diseñados para eliminar el amiloide o la placa que se acumula en el cerebro, pero ha quedado sobradamente demostrado que con esto no se soluciona la causa principal que hace que éste encoja.

La única pregunta que podemos hacernos llegados a este punto, es si este Protocolo personalizado y multifactorial del que hablo es mejor que lo que está disponible actualmente, y está claro que es mucho mejor.

De momento no tienen nada que ofrecernos ante el alzheimer, excepto medicamentos ineficaces con los que, eso sí, ganan miles de millones de dólares, y que conducen a nuestros pacientes a tal neurotoxicidad, que provoca una cadena de terribles síntomas y culmina con un trágico final.

Los tratamientos dirigidos en protocolos personalizados, se basan en la identificación de áreas específicas donde el cerebro de una persona se está encogiendo, o involucionando, debido a lo que llamaríamos una "insuficiencia de la red". 

El encogimiento puede deberse a agresiones como toxinas, moho, inflamación, virus, estrés, falta de nutrientes u hormonas, malos hábitos de ejercicio, sueño o demasiada comida basura y azúcares. Es decir, que el alzheimer, no se debe solamente a la acumulación de amiloide, sino que es una enfermedad multifactorial, tal como expuse en mi artículo titulado NEUROTERRORISMO

La genética, la toxicología, la microbiología, la epidemiología (de hecho, todo lo que puede leerse en los más de 150.000 artículos publicados sobre el Alzheimer) encaja perfectamente en un modelo en el que la enfermedad podría conceptualizarse como una insuficiencia de la red, que podría corregirse potencialmente mediante la identificación y el abordaje de sus muchos contribuyentes.

Creo firmemente en la importancia de los ensayos clínicos en humanos con una población diversa, puesto que considero que son clave para el progreso en la prevención y curación de las enfermedades. Todos vivimos vidas complejas con diferentes antecedentes genéticos, opciones de estilo de vida y exposiciones ambientales. La mayoría de los esfuerzos para abordar enfermedades relacionadas con el deterioro cognitivo, pasan por una medicina personalizada, que comienza a ganar terreno en la investigación biomédica y la práctica clínica.
El objetivo es claro:
Hagamos del alzheimer una enfermedad rara.

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