Neuroinvestigar

    En nuestro país se diagnostican 40.000 nuevos casos de alzheimer al año , y cada vez en personas más jóvenes, lo que subraya la necesidad de un rápido desarrollo de estrategias de prevención y tratamiento. Además, cabe destacar que el uso de  un fármaco existente  para nuevos fines terapéuticos  ofrecería una alternativa práctica al costoso y lento proceso  de descubrimiento de uno nuevo. Es lo que se conoce como  “reposicionamiento” y puede resultar una opción más barata que desarrollar un medicamento nuevo.     Así las cosas, c ientíficos de todo el mundo se afanan en buscar fármacos aprobados y existentes que puedan dirigir su diana terapéutica a las placas amiloide y los ovillos tau, que se estiman  responsables del daño cerebral asociado con la  enfermedad de Alzheimer, aunque no son la principal causa sino la consecuencia de la enfermedad, tal como explico en mi entrada titulada NEUROTERRORISMO .  L a interacción entre estas dos moléculas contribuye en mayor medida al Alzhei

  Las bacterias desempeñan un papel importante en la  relación entre cerebro e intestino. D urante los primeros meses o años de vida, que es también cuando  el cerebro  se está desarrollando el estrés de la madre o una infección puede afectar a la microbiota del niño. También cuando se producen enfermedades neurodegenerativas, como el  Parkinson  o  el  Alzheimer, diferentes cambios en la microbiota y en el intestino dan señales de alerta antes de que empiecen los síntomas neurológicos. El gastroenterólogo, profesor de la Universidad de California Los Ángeles, y codirector del Centro de Investigación de Enfermedades Digestivas, el D octor   Emeran Mayer uno de los mayores expertos mundiales en las comunicaciones entre cerebro y sistema digestivo afirma que esta  conexión intestino-cerebro, mente-cuerpo, es sumamente poderosa, y que c onecta  nuestro organismo con t o d o  nuestro  entorno.  Asegura que el cerebro influye en los mediadores del estrés en el intestino y eso hace que cam