ORO ROJO (Leyre O.Anduiza)
Hasta principios del siglo XX, cuando los fármacos sintéticos tomaron fuerza, el azafrán era un ingrediente fundamental en las boticas, un elemento imprescindible para numerosas fórmulas magistrales. Su uso para mejorar la salud está documentado desde el 1.500 Antes de Cristo. Esta cara especia milenaria, capaz de dar a los alimentos aroma, sabor y color, se desvela ahora como excelente por sus propiedades para combatir entre otras muchas cosas la pérdida de memoria. La clave parece estar en tres de sus compuestos: la crocina, la crocetina y el safranal, responsables también de su color y sabor, que desempeñan un papel importante en la protección del cuerpo contra los trastornos que afectan al sistema nervioso. Estos componentes degradan más lentamente la serotonina, proteína de la felicidad, y por tanto, evitan bajadas bruscas del estado de ánimo, inhiben la formación de amiloide insoluble o placas vinculadas a las enfermedades neurodegenerativas y parecen reducir la inflamaci