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Mostrando entradas de abril, 2021

ENCUENTROS EN LA TERCERA FASE (Leyre O.Anduiza)

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La comprensión de la patología de la Enfermedad de Alzheimer (EA) ha mejorado enormemente desde la adopción por los investigadores de un sistema de clasificación de tres etapas que entiende que la EA progresa a través de una fase asintomática y una fase de deterioro cognitivo leve antes de alcanzar la etapa clínica de demencia. Desde 1984, médicos e investigadores han aportado datos sobre cómo los cambios cerebrales de la enfermedad de Alzheimer conducen al cuadro clínico de la "demencia tipo Alzheimer".  Gran parte de ese   progreso es   el resultado de pruebas de líquido cefalorraquídeo y neuroimágenes, que revelan   que la demencia tipo   Alzheimer está precedida por décadas ¡sí  décadas ! de progresión de la enfermedad. Hablando claro, que podemos padecer alzheimer hasta 20 años o más antes de que la enfermedad se manifieste inequívocamente. Los biomarcadores demuestran que la acumulación de daño en las células cerebrales que eventualmente resulta en demencia ocurre al

AGENTES BIOLÓGICOS (Leyre O.Anduiza)

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Diversas alteraciones en múltiples niveles determinan los elementos clínicos que en conjunto identificamos como “Enfermedad de Alzheimer” (EA). Las enfermedades neurodegenerativas se producen por una combinación de eventos que impiden o dificultan las funciones neuronales normales, por lo tanto no esperemos encontrar un mecanismo biológico único actuando como lo haría el actor estrella o el galán de una película que explique la enfermedad en su totalidad. Además de las placas beta-amiloide y los famosos ovillos neurofibrilares, conocidos por todos como los actores principales en la EA, el estrés oxidativo parece tener un papel relevante en esta patología, aunque se desconoce si es un extra que actúa mediante un mecanismo causal, o un actor secundario envuelto en la propagación de los daños. Nuestro cerebro tiene un contenido alto de lípidos, incluyendo muchos ácidos grasos poli-insaturados factibles de ser oxidados, se trata de un órgano con un consumo de oxígeno muy alto, por ello el

RELACIONES TÓXICAS (Leyre O.Anduiza)

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    Aproximadamente el 25% de las personas tenemos una susceptibilidad genética a las biotoxinas, y eso hace que seamos vulnerables a enfermedades crónicas, incluido el deterioro cognitivo o el Alzheimer si estamos expuestos al moho y a los tóxicos.  Analicemos nuestras "relaciones tóxicas".      Habitamos un mundo increíblemente tóxico. No somos conscientes de todas las cosas que aumentan nuestra carga tóxica. La toxicidad puede encontrarse en los lugares más insospechados. Los metales pesados están en todo, desde cosméticos hasta empastes dentales. ¿A quien se le ocurrió la “genial idea” de poner un metal tóxico como el mercurio en nuestra boca?.      Debemos preocuparnos por el riesgo de ingestión de mercurio. Peces depredadores como el atún o el pez espada lo contienen. La toxicidad del mercurio es un problema grave . Lo almacenamos en grasa, y se almacena en nuestro cerebro. Se recomienda el pescado como una opción saludable para el cerebro, pero si lo que queremos