¿INFECCIONES? NO, GRACIAS.

    La enfermedad de Alzheimer es una de las más temidas en todo el mundo por sus efectos devastadores, los errores en el diagnóstico y la falta de tratamientos efectivos. Solamente en España, el alzheimer afecta aproximadamente a 800.000 personas, pero se espera que el número se duplique para el año 2050. Se prevé que para entonces la cifra se incremente hasta llegar a los dos millones de personas afectadas.

   Así lo recoge el Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias (2019-2023) que elaboró el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social.
    Hoy voy a compartir una gran noticia, que aporta otra forma de detener las enfermedades cardiovasculares, lo que a su vez conduce a una disminución en la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer.

    Se habla mucho del vínculo entre infecciones y enfermedades cardiovasculares o demencia, pero una nueva investigación demuestra que el riesgo podría comenzar antes de lo habitual. Investigadores de la Universidad de Melbourne, Australia, han descubierto que las infecciones durante la infancia podrían conducir a un mayor riesgo de diabetes tipo 2, accidente cerebrovascular, obesidad, enfermedad cardiovascular y alzheimer.

    El estudio, dirigido por el Instituto de Investigación Infantil Murdoch (MCRI), encontró que los marcadores de inflamación elevados y los cambios en la forma en que las células del cuerpo procesan los alimentos para convertirlos en energía observados en los bebés propensos a infecciones se parecían a los de los adultos en riesgo de enfermedad cardiovascular.

    Los hallazgos sugieren que el impacto de las infecciones acumuladas en la infancia predispone a los adultos a un mayor riesgo de enfermedad cardiaca, obesidad, accidente cerebrovascular y diabetes tipo 2.
   Sabemos que los bebés son propensos a las infecciones. Esto causa inflamación, un factor de riesgo clave para la enfermedad de alzheimer y cardiometabólico, pero la relación entre la infección, la inflamación y los perfiles metabólicos en la primera infancia no había sido explorada hasta este estudio que involucró a 555 bebés del Barwon Infant Study. Un proyecto de colaboración entre Barwon Health, Murdoch Children's y Deakin University, con infecciones infantiles rastreadas durante 12 meses.

    La investigación demuestra que las altas tasas de infecciones infantiles a los 12 meses de edad están relacionadas con marcadores de inflamación elevados y cambios en los perfiles metabólicos, que influyen en la forma en que nuestro cuerpo procesa las grasas, las proteínas y los azúcares. 

  La infección es reconocida como un contribuyente potencial para la enfermedad cardiovascular, una de las principales causas de muerte en adultos en todo el mundo. Debemos tener en cuenta que este tipo de enfermedades representan una cuarta parte de todas las muertes y se cobran la vida de una persona cada 10 minutos. 

    Esto implica una oportunidad para tomar medidas de prevención temprana, como identificar los tipos de infección y los niños con mayor riesgo, y cómo estos riesgos podrían compensarse con intervenciones simples.

    La acción dirigida podría incluir acciones destinadas a reforzar el sistema inmune, como promover la lactancia materna, suministrar las vacunas oportunas y cuidar la alimentación.

El objetivo es claro:
Hagamos del alzheimer una enfermedad rara.

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